Chacabuco despidió al querido padre Eduardo
- Miercoles, 10 de Abril de 2019 | Locales

nCon una presencia de vecinos que desbordó la capacidad del templo, ayer a la tarde se realizó la misa de cuerpo presente en la que se despidió al sacerdote Eduardo Alejo Ceres, que falleció el lunes por la noche. La ceremonia estuvo encabezada por monseñor Agustín Radrizzani, arzobispo de Mercedes-Luján. También participaron otros integrantes de la máxima jerarquía de la arquidiócesis, así como sacerdotes llegados de ciudades de la zona.
El padre Eduardo, que tenía 67 años, ingresó el lunes al atardecer al Hospital Municipal a causa de una insuficiencia respiratoria y falleció cerca de las 23.00 en el área de Terapia Intensiva del nosocomio. Hoy se cumple un mes desde que había dejado la parroquia San Isidro Labrador en manos del padre Lucas Jerez. Junto a familiares de Ceres, el nuevo párroco fue el encargado de organizar las exequias del sacerdote fallecido, que comenzaron cerca de las dos de la madrugada en la iglesia matriz.
Durante la mañana fue incesante el arribo de fieles para darle el adiós al expárroco. Asimismo, desde distintas ciudades de la región comenzaron a llegar sacerdotes, entre quienes estuvieron los padres Darío Klin y Norberto Chirigliano, ambos de Chacabuco, que se encuentran al frente del Seminario Sacerdotal de Mercedes. Desde esa ciudad también vino el arzobispo Radrizzani, acompañado por el obispo auxiliar, monseñor Jorge Eduardo Sheinig, y monseñor Jorge Bruno, vicario general de la arquidiócesis.
La misa de cuerpo presente comenzó a las 14.30 y finalizó con aplausos al sacerdote fallecido.
El llamado vocacional
Eduardo Ceres nació en Chacabuco el 17 de agosto de 1951. El primer llamado vocacional lo sintió a los 10 años, cuando cursaba el primario como pupilo en el Colegio de los Hermanos Maristas de Luján, donde había un sacerdote de origen yugoslavo que se había convertido en su referente.
La idea de ser cura siguió rondándole en la cabeza en los años siguientes. De regreso en Chacabuco, cursó estudios secundarios en los colegios Nacional y Comercial, pero en una primera instancia no llegó a terminarlos pues prefirió trabajar en la inmobiliaria de su padre, Pompeo Ceres, y en el campo. Años después culminó sus estudios medios en el Instituto de Educación Católica, y su siguiente destino no fue el seminario sacerdotal, sino la Escuela Tecnológica de Aeronáutica Profesional, en Buenos Aires, donde realizó el curso de piloto profesional.
En una de sus visitas a Chacabuco, lo conmovió una frase bíblica pronunciada por el padre Armando Rosido en una misa. "El que quiera ser mi discípulo, que cargue con mi cruz y me siga", decía. Esas palabras fueron un impulso para ingresar al seminario cuando ya tenía 32 años. Durante los primeros años de formación estuvo en Azul, tras lo cual completó los estudios teológicos y filosóficos en Mercedes.
Su ordenación sacerdotal fue el 16 de abril de 1993 y su primer destino fue, como vicario, en la parroquia San Ignacio de Loyola de Junín. También tuvo un paso por San Andrés de Giles, durante cuatro años fue capellán de la cárcel de Mercedes y hubo un tiempo en que dejó los hábitos, para luego reincorporarse. Al comienzo de la década del 2000, su debut como cura párroco fue en la iglesia Cristo Obrero de Chivilcoy, hasta que el Arzobispado lo envió a su Chacabuco natal, para acompañar al padre Carlos Picco en la parroquia San Isidro Labrador.
"En un principio yo tenía mucho miedo, porque un poco es lo que dice Jesús, de que nadie es profeta en su tierra", diría Ceres tiempo después, en el libro "Quién es quién en Chacabuco", de Lucía Miori.
En 2003, ante la muerte del monseñor Picco, el padre Eduardo fue designado al frente de la parroquia matriz. Siempre fue común encontrarlo a Ceres en alguna de las confiterías de la zona céntrica. "Toda la vida fui a tomar café, no tiene nada de malo. Tampoco es que voy a bailar a un boliche", expresaba el cura a quienes lo cuestionaban.
Una de sus mayores alegrías como sacerdote la tuvo el 13 de marzo de 2013, cuando un cura argentino, Jorge Bergoglio, fue designado Papa. Poco tiempo después pudo viajar a Italia y tener un encuentro con Francisco.
Monseñor Agustín Radrizzani
"Contagiaba paz y alegría"
El arzobispo Agustín Radrizzani estuvo en Chacabuco el 16 de abril de 2018, cuando se realizó una misa por los 25 años de Eduardo Ceres como sacerdote. También vino el 10 de marzo, en ocasión del retiro de Ceres y la puesta en funciones de Lucas Jerez como cura párroco.
Ayer, Radrizzani volvió a nuestra ciudad, para despedir al sacerdote fallecido.
"El hecho de que la iglesia esté repletísima de gente dice a las claras del cariño que Eduardo supo ganarse. Lo amaba todo el mundo porque era un hombre bueno y con corazón de niño", expresó el arzobispo luego de la misa de cuerpo presente. Además, contó que conoció a Ceres hace más de diez años, cuando asumió al frente de la arquidiócesis Mercedes-Luján.
"Siempre lo sentí muy cercano. Vos te das cuenta cuando una persona te quiere. Él era uno de esos. Por eso tienen razón los que dicen que estamos despidiendo a un amigo", expresó el prelado, que destacó "la bondad, la alegría y el sentido de fiesta que él tenía".
"Nunca lo vi con la cara larga. Siempre fue un hombre que contagiaba paz y alegría. Y todo esto se ha notado en estos 16 años que estuvo en la parroquia", agregó Radrizzani, que dejó como anécdota una invitación que años atrás le hizo Ceres para compartir unas vacaciones en Córdoba, las cuales, finalmente, no se concretaron.
