"Cuando hay una rebelión en acción, los poderes se ponen nerviosos"

  • Lunes, 25 de Marzo de 2019 | Locales

 

La presencia de Grande en nuestra ciudad, el sábado último, se debió a una invitación de la Asociación Psicología Social-Instituto Ágora. Momentos antes de la charla, dialogó con De Hoy, y dio sus opiniones acerca de temas relacionados con la violencia que son constantes temas de discusión y preocupación entre los argentinos.

–Parecería ser que los casos de femicidio han aumentado en los últimos tiempos a la vez que crece la lucha contra la violencia de género y, sobre todo, contra el patriarcado, ¿es así o siempre ocurrió y ahora da esa impresión porque salen a la luz?

–La pregunta es muy interesante. Se puede responder desde una cuestión estadística, a la que soy bastante ajeno y poco afecto, sino también desde un punto de vista político. Creo que violencia de género, como tantas otras endemias de la humanidad, han estado siempre, lo que pasa es que hay un momento en el que las "víctimas" -lo pongo entre comillas porque ya es un término políticamente discutible- se sublevan. A partir de eso, el aumento es la reacción a esa sublevación. Pongo un ejemplo simple. Esclavos ha habido siempre y los sigue habiendo; en la actualidad hay trabajo esclavo y hay esclavos. En la historia de la humanidad va a quedar registrada siempre la rebelión de Espartaco como un momento en el que el esclavo deja su lugar de víctima y pasa a ser un combatiente. Frente a eso, la Roma imperial reacciona más, aumenta la apuesta, pero no es que antes no había esclavos, se hacen más visibles porque tenés a Espartaco y su ejército y a las legiones romanas, entonces es más visible, pero no es que antes de Espartaco no había esclavos. Con la violencia de género es lo mismo; si pensamos al feminismo, sobre todo en su versión más combativa, o el movimiento antipatriarcal como la rebelión de Espartaco, entonces el imperio, o sea el patriarcado, va a aumentar la apuesta, y eso es lo que se ve. Lo que vos ves es la reacción, a veces individual como la de estos hombres que queman mujeres al igual que lo hizo la Iglesia durante siglos..., originales no son-. Lo que registramos como más visible es justamente esa acción contra la rebelión. Si no hay rebelión, el sometimiento es invisible, se naturaliza: es lo que hay, la vida es así, así es la vida, toda esa catequesis de la resignación. 

"Cuando hay rebelión –continúa diciendo–, y sobre todo una rebelión en acción, los poderes se ponen nerviosos, por así decirlo, entonces aumentan la apuesta. Hay rebeliones triunfantes, y otras que no. Ahí pasa de ser natural y pasa a ser una pulseada, es la guerra. Cuando Hitler fue ocupando países, todo era más o menos…, pero cuando se las agarró con Inglaterra y Francia, hasta ahí, no, y apareció Churchill, que ya sabía de Hitler tiempo antes, había hecho pactos con él. Hitler subió la apuesta y ocurrió la Segunda Guerra. ¿Cuál es el destino final? En el caso de Espartaco, lo sabemos: las legiones romanas lo despedazaron, pero estamos hablando de Espartaco y nadie se acuerda del nombre de un legionario romano que lo haya asesinado. Las rebeliones son éxitos a nivel político y cultural; en la historia de la humanidad ha habido muchas rebeliones triunfantes desde este lugar, ahora desde el punto de vista de la anécdota de la batalla final podés decir que Tupac Amaru fue derrotado. Sí; fue derrotado, pero nosotros hablamos de él y no sabemos el nombre de los que lo torturaron. Y hablamos de Micaela Bastidas. Desde el punto de vista político y cultural, el éxito o la derrota se miden de otra manera, en términos individuales, no es los exitosos y los losers, los ganadores y los perdedores. Tu pregunta, a mi criterio, apunta a eso: sí, ahora es más visible porque el patriarcado reacciona aumentando sus mecanismos de sometimiento".

–Claro, pero mucha de esa violencia proviene del marido, del compañero o pareja.

–Sí; yo hago una diferencia, que para mí es importante, entre agresión, violencia y crueldad. Yo hablo de crueldad de género, y explico la diferencia. La crueldad es la planificación sistemática del sufrimiento, el paradigma de la tortura, y casi siempre, en lo que se llama violencia de género, incluye la tortura: física, psíquica o ambas, generalmente, van juntas. Fijate que el asesinato, el femicidio -que es la etapa final- es precedido por una serie de actos que tipifican como tortura, a veces durante años. Y hay otra discusión: ¿por qué no hay más rebelión contra esa situación? El femicidio es como si Espartaco se hubiera dejado asesinar sin pelear. Hace poco, dos mujeres, madre e hija, asesinaron a un hombre de 185 puñaladas, eso es un acto violento, pero es un acto violento en respuesta a la crueldad. Hay algo, en lo que seguramente muchos no estarán de acuerdo, y es que la única respuesta a la crueldad es la violencia. Eso, a esta cultura, le resulta incómodo. A esta cultura, que es profundamente violenta y profundamente cruel, la violencia es tabú: no a la violencia. Ahí cometemos el peor de los pecados: salir del pantano tirándonos de las orejas. Espartaco fue violento, pero no torturó a ningún romano, era violento pero no cruel, hay que hacer esa diferencia entre crueldad y violencia. La violencia de género, habitualmente, es crueldad de género; por ejemplo, el incesto, la pedofilia, eso es cruel. No es que se enojó y le dio un cachetazo, está planificado, es sistemático, sabe a qué hora lo va a llamar a la cama, a qué hora lo va a empezar a tocar, etcétera. Más allá de las buenas intenciones del Papa, la pedofilia es endémica en la Iglesia, no es que fueron uno o dos curitas, no, es endémica, está en su propia esencia. Bueno, eso es crueldad. (Julio César) Grassi fue cruel y a pesar de eso no lo excomulgaron, lo cual no deja de preocuparme. Hecha esta diferencia, creo que ante la rebeldía, aumenta la crueldad, y eso está tipificado, por eso la tortura, el asesinato. Muchas veces no es en función del acto cometido, sino para que sirva de escarmiento. Lo que le hicieron a Tupac Amaru -el juicio, la tortura, despedazar su cuerpo- fue para escarmentar, para que nadie más lo hiciera. Lo mataron frente a su esposa y su familia; ahora se dice "lo mataron frente a su familia", bueno, los españoles hicieron eso. Tenemos muy buenos pedagogos de la crueldad.

 

–Prácticamente, todos los actos de rebelión han tenido, y tienen, una contrapartida, que es el escarmiento. Cada vez que se los reprime, se acompaña con el escarmiento.

–¡Exactamente! Siempre, y cada vez más crueles. A esa crueldad no la llamo violencia porque si no estaría planteando el tabú de la violencia. Incluso hay violencia en discusiones científicas; para imponer una teoría científica, hay violencia, no es que todo el mundo te aplaude. Darwin, Einstein; Galileo es un caso paradigmático. Él vio cómo la Iglesia aumentó la crueldad, amenazándolo con la tortura, porque fue violento contra la doctrina oficial.

–En lo que se denomina inseguridad, lo que trasciende son los casos resonantes de robos seguidos de homicidio, pero robos y asaltos sin finales trágicos abundan y los sufren la gente de menores recursos, ¿cómo habría que actuar para solucionar este gran problema?

–Inseguridad es una pésima palabra que designa los efectos finales. Es como cuando en un certificado médico se pone muerte por paro cardiorrespiratorio… Si no tenés un paro cardiorrespiratorio estás vivo, el tema es cómo llegaste hasta ahí. Lo ahorcaron, entonces es un asesinato, el paro es otra cosa, te lo digo como médico. El truco del paro cardiorrespiratorio se utilizaba mucho para no dar ningún indicio de cómo fue: lo ahorcaron, le pegaron y se le paró el corazón. De lo que vos señalabas, hay una industria de la venta de armas, que es lo primero que hay que desmantelar, que no se va a hacer porque los intereses son muy grandes. Las armas se compran en el mercado negro; la ministra Patricia Bullrich recomendó que todo el mundo estuviera armado, ¡listo, ya está!, es una política pública. Segundo, el tema de la droga. Las drogas hacen que el sujeto pierda la proporcionalidad entre su deseo y los medios para conseguirlo. A mí no me gusta la pregunta que me hacés, entonces saco un chumbo y te pego un tiro porque Patricia Bullrich me dijo que ande armado y te pego un tiro. Perdí la proporcionalidad, a lo sumo lo que tengo que decirte es "mirá, no me gusta la pregunta", pero no te voy a matar por eso. Al asesinar por una zapatilla se pierde eso, pero eso no es una cuestión individual, se busca que pase. El negocio de la seguridad -yo mismo tengo una alarma en mi casa-, el negocio de la venta de armas ilegales, el negocio de la droga…, son demasiados negocios, demasiados intereses, y entonces lo más fácil es agarrar al tipo que mató y escracharlo.