La Argentina vive una gran crisis terminal y la política va para el lado contrario

  • Miercoles, 03 de Abril de 2019 | Locales

Otra vez, los argentinos vemos día a día el deterioro del país y de nuestro nivel de vida. Lejos quedaron, 70 años atrás, desde donde empezamos a caer –populismo mediante– pasando de ser una de las ocho o diez potencias mundiales a ser el segundo país con mayor inflación, solo superado por la caótica Venezuela. Los argentinos nos estamos acostumbrando a otra decepción. Una más, ya perdimos la cuenta de cuántas han sido las veces que la dirigencia política nos ha defraudado.

Asistimos impávidos a un dantesco espectáculo de campaña electoral, en el que la dirigencia, lejos de ocuparse de lo que efectivamente necesita  el país y los argentinos, se ocupa mas de las estructuras partidarias, de los acomodos, de mantener la quintita propia y de los egos personales.

Si bien se ha reconocido –tarde y con pocas ganas- el fracaso de la política "gradualista", poco es lo que ha cambiado, más allá del reconocimiento.

Aún no sabemos cuál es el verdadero valor del dólar.

Aún no sabemos cuál es el verdadero precio que debemos pagar por las tarifas.

Todos decimos que el problema es el gasto público, el déficit fiscal, el déficit de la balanza comercial y el excesivo endeudamiento (para nada), pero nadie, nadie está dispuesto a tomar al toro por las astas y hacer lo que hay que hacer, de una vez por todas, en nuestro bendito país.

Siguen jubilándose personas sin haber aportado nunca, ahogando al sistema público jubilatorio, tornándolo inviable.

Siguen los nombramientos encubiertos (o no tanto) en la plantilla millonaria de empleados públicos nacionales, provinciales y municipales, al solo efecto de pagar favores o de acomodar a familiares y amigos.

Ante la voracidad del Estado, se sigue con una presión tributaria cada vez mas asfixiante, castigando al que produce y emplea mano de obra calificada.

Parece que solo atinamos a subir las tasas para ver si baja el dólar y/o viceversa, como única medida macroeconómica, tornando inviable cualquier actividad productiva.

Siguen aumentando las partidas para "seguridad social" sin que esto signifique bajar los índices de pobreza,demostrando una vez mas que de nada sirven los planes sociales y "regalar" el dinero de los contribuyentes,cuando eso se transforma en costumbre a través de los años y en solo un modo de aplacar una protesta social, que está cada vez mas cerca de una extorsión de los líderes piqueteros que de un genuino reclamo.

Mientras tanto, la dirigencia política se ocupa de cosas tales como la parodia cubana de Florencia K o las sandalias de Roberto Lavagna.

El presidente Macri, inaugurando una línea de colectivos en Junín con la gobernadora Vidal y todo su gabinete, los cuales aparecieron sonriendo cual equipo de fútbol para la foto cuando nadie sabe qué cosa en verdad les puede estar divirtiendo ante lo que sucede en el país. Y nuestro Intendente, al que parece no importarle si el próximo presidente es Macri, Lavagna o Cristina, pero sí quiere que en 2023 haya un presidente radical, no dándose cuenta que si vuelve a gobernar el peronismo, en 2023 el radicalismo se habrá convertido en un apéndice del PJ, tal como lo es ahora del Pro, por su propia incapacidad de reinventarse.

La cuestión, para ir finalizando, es que lejos quedó el mejor equipo de los últimos 50 años y las ganas de tener a "otro Frondizi del siglo XXI".

Para tratar de imitar a Frondizi hay que hacer, nada mas y nada menos, que las cosas que hizo Frondizi.

Sincerar variables económicas. Debemos tener un dólar real alto para proteger nuestra industria y alentar exportaciones. Debemos tener claro cuál es el precio real de las tarifas. Debemos tener un salario real más alto, bajando los impuestos y las regulaciones laborales, como así también los privilegios sindicales. Debemos tener tasas de interés, si es posible, negativas, mientras la inflación siga golpeando los bolsillos, para promover la producción y no la especulación.

El millonario plantel de empleados públicos nacionales, provinciales y municipales debe ser reducido drásticamente, mediante incentivos, despidos voluntarios y el traspaso a la actividad privada. Los gastos de la "política", como ser fondos destinados a "subsidios" de legisladores, cantidad de ministerios, secretarías, y los organigramas nacional, provincial y municipal, deberán ser revisados y reducidos a la "mínima expresión".

Estas deberían ser algunas de las medidas a tomar por un próximo gobierno. Claro que muchas son dolorosas y antipáticas, además de tener un fuerte impacto social, pero haremos de verdad un sacrificio que se justifique, ya que hasta ahora solo los hemos hecho para estar cada vez peor y la situación actual lo demuestra. Haciendo siempre lo mismo, no esperemos resultados diferentes.

Apelamos a dejar de preocuparnos por cuestiones secundarias y ocuparnos de los graves problemas que nos aquejan. Para esto, es necesario fortalecer la coalición gobernante en vez de debilitarla con amenazas de rupturas o de ninguneos que no conducen a nada. Fortalecer no es igual a adular, es hablar claro, es marcar el rumbo que hizo triunfar a Cambiemos.

Los argentinos confiaron en este gobierno y lo van a volver a hacer, en la medida de que seamos capaces de corregir los errores cometidos y que al día de hoy seguimos cometiendo. En vez de vivir mirando encuestas, salgamos a la calle y hablemos con la gente, pero no con algún vecino "del palo", que nos va a decir que todo es color de rosa, sino con el que nos votó y hoy la está pasando mal. Él, seguramente, nos va a decir qué es lo que se hizo mal. Escuchemos a todos, contengamos a todos, se necesita de todos, pero debemos corregir el rumbo en serio.

Movimiento de

Integración y Desarrollo (MID) Chacabuco