Los clubes locales en la pandemia y pospandemia, y frente a la situación económica del presente

  • Lunes, 20 de Noviembre de 2023 | Locales

Todo el planeta padeció la pandemia. En nuestro país, el extenso aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) causó todo tipo de perjuicios en la sociedad, como también resultó necesario para combatir al covid que se diseminó por el mundo entero, más allá de los cuestionamientos a su duración, a las medidas que se extremaron muchas veces en demasía y hasta sin sentido.

Los clubes deportivos fueron sorprendidos apenas indiciada o a poco de empezar con la temporada 2020. En Chacabuco el ASPO fue levantado para los clubes algún tiempo más tarde que los de la zona. Cuando los campeonatos regionales en los que participan clubes locales empezaron, los equipos chacabuquenses se vieron en clara inferioridad física. En varios otros aspectos se vieron afectados y para eso –y pasados ya casi tres años de aquella pesadilla mundial–, De Hoy dialogó con los titulares de los clubes River Plate y Porteño.

Juan Martín Maggi, titular del Millonario local, cuenta que en aquel inicio de 2020, 'el plantel superior estaba jugando un torneo y las divisiones juveniles e infantiles, en plena pretemporada. De un momento a otro se produjo el parate general que al principio fue todo incertidumbre porque no se sabía por cuánto tiempo iba a ser. Los clubes estuvieron cerrados sin ningún tipo de actividad y prácticamente sin poder pisarlos porque no había posibilidad de circular. Ese primer momento fue bastante duro porque además de la falta de actividad tampoco había nada por hacer en lo social ni en tareas de mantenimiento; no había nada permitido'. 

'Cuando se fueron abriendo algunas actividades –continúa– empezamos a trabajar en obras que teníamos en desarrollo y que se habían frenado producto del aislamiento. Durante 2020 no hubo ningún tipo de actividad y en Chacabuco las medidas fueron muy estrictas. Ya comenzado 2021 se empezaron a permitir más actividades y desde los clubes, la Liga Deportiva y demás se buscó la manera de retomarlas. Se volvió a los entrenamientos y luego a los partidos respetando los protocolos de seguridad'. 

Flavio De Laudo, presidente del Decano platea una situación similar:  'Como los demás clubes, nos encontrábamos en plena pretemporada deportiva y poco antes de empezar los campeonatos apareció la pandemia y se suspendieron todas las actividades. Todos estuvimos a la espera de cuánto iba a durar este proceso, que fue mucho más largo de lo esperado. Los primeros meses nos costó mucho desde lo económico porque hubo que ver cómo hacer para que se pagara la cuota social sin haber actividades. Ese cobro decayó en un porcentaje importante, pero un 50 por ciento de la masa societaria siguió colaborando con el club. Les comunicamos que con eso se sostenían los sueldos y que queríamos seguir sosteniendo, en su mayor porcentaje, el pago a los profesores. A esto se sumaron algunos eventos para recaudar fondos, como sanguchadas y rifas. Los profes pusieron de su parte y los padres empezaron a colaborar, y dentro de todo logramos mantenernos económicamente. Obviamente, los números quedaban de cero a fino y, a veces, en rojo, pero el objetivo eran que los profesores lograran cobrar entre un 80 y un 100 por ciento del sueldo. Eso se pudo lograr con la ayuda de los padres, la comisión directiva y los profesores, dentro de lo que se podía por las limitaciones. Se mantuvo el contacto vía virtual, muchos chicos se fueron enganchando y lo fuimos llevando. Nos costó encontrar por dónde entrar para que siguieran enganchados y para que los padres entendieran la situación, nos costó unos meses pero pudimos salir'. 

'Todo lo que tenía que ver con cuotas sociales ûseñala Maggi– se hizo mínimo, y al no haber actividades, no había cobranza de éstas. También fue un momento duro para los profes y directores técnicos que, acostumbrados a tener su laburo anual, vieron que eso de paralizó por completo. Durante 2020 se hicieron algunos entrenamientos de manera virtual; se les trataba de dar clases a los chicos como para que pudieron continuar con el desarrollo de la práctica deportiva, que con contacto cero porque lo hacían desde sus casas. Eran más ejercicio de gimnasia que una práctica vinculada al fútbol, en nuestro caso. Fueron algunos paliativos que se fueron encontrando, junto con charlas virtuales, como para tener un cierto vínculo social con el allegado al club. En lo económico fue durísimo porque los ingresos se redujeron prácticamente a cero, tuvimos algún subsidio mensual como para cubrir gastos muy básicos'.

Cuando la cosas empezaron a normalizarse, 'por un lado añade Maggi–, había que cumplir con los protocolos que bajaban desde el Municipio y había que trabajar con grupos reducidos, solamente en espacios abiertos, además de los cuidados de ir con barbijo, cada uno con su alcohol en gel y su propia botella de agua. Había una necesidad de los chicos de salir, pero el regreso no fue de un momento para el otro. Había familias más abiertas a la vuelta de las actividades y otras un poco más reticentes, pero se veía la necesidad de salir del encierro que se generó durante tanto tiempo. Se venía de un gran temor porque no se sabía hasta dónde podían llegar las consecuencias del covid, sobre todo en los chicos, pero estaba la necesidad de tener algún grado de esparcimiento, esos casi dos años afectaron mucho a los chicos, los sufrieron verdaderamente. Los mayores volvieron a trabajar y recuperaron el vínculo social, pero a los chicos les costó volver a la escuela, a los clubes, a las actividades sociales que tenían y, sacando las víctimas, fueron los que más sufrieron las consecuencias de la pandemia. También fueron los últimos en acceder a la protección de las vacunas'.

'Cuando volvieron las actividades empezamos a tener un repunte –manifiesta por su parte De Laudo–, en 2021 tuvimos una explosión masiva, como pasó en todos los clubes. A lo malo de la pandemia le siguió lo bueno ya que creció la masa societaria, ampliamos el staff de profesores, se logró normalizar y ordenar mucho mejor la economía. Previo a la pandemia andábamos por los 350 socios y a partir de agosto de 2021 fue impresionante lo que se dio en Porteño, al igual que en otros clubes, porque llegamos a tener un pico de 580 socios. Sabíamos que ese pico iba a tener algún descenso, pero estuvo dentro de lo esperado  y nos venimos manteniendo en un número de 480 o 500'. 

'En marzo y abril de 2021 la actividad volvía a la normalidad, los chicos y las chicas empezaban a perder el miedo y en junio se volvió a cortar. En básquet y hockey, que son las disciplinas que tenemos, no se hizo ningún torneo. Tuvimos un pequeño bajón, muy leve, pero los padres siguieron colaborando con el aporte de la cuota social. Los profesores siguieron manteniendo el vínculo diario mediante las redes sociales, pasando actividades por Zoom. Nos habían dado la ilusión y después la frenaron, así que se fue buscando la forma para sostenerlo. Después, ya en agosto, se permitió viajar y empezamos a tener más continuidad'.

'El básquet y el hockey intervienen en ligas regionales, así que la mitad de los partidos se juegan fuera de Chacabuco. Al volver a sociabilizarse -parece mentira, pero hubo que volver a vivir en sociedad-, los chicos se empezaron a soltar, los padres acompañaron mucho, pese a que por la situación tenían un poco de temor. Permitieron que los chicos viajaran y a veces aportaron sus vehículos. Costó, pero fue positivo. Todas las semanas estábamos inscribiendo entre cuatro o cinco chicos y chicas. Venía un chico, luego el hermano, el amigo, era una cosa increíble. Se dio principalmente en el básquet, en el hockey el crecimiento no fue tanto, pero, con algún altibajo, se sostuvo. En general, Porteño terminó bien y cerramos el año con una fiesta muy linda a la concurrieron unas 600 personas'.

En River el fenómeno se repitió. 'Cuando en 2021 se retomó la actividad, vino la segunda ola de contagios y se volvió a cerrar todo. Quedaron los torneos a mitad de camino y volvimos a fojas cero. Llegada la primavera se pudo retomar la actividad, primero con los protocolos y después ya más liberados. Una vez que se pudo volver por completo, noté una mayor afluencia de los chicos y chicas a los clubes, en el caso de River y en general, que quizás antes de la pandemia no había en esa cantidad. Es un dato importante de la pospandemia, lo que obligó, y obliga aún hoy, a los clubes a tener que mejorar en infraestructura, en recursos humanos, ampliar la cantidad de profesores y técnicos'.

Qué pasa hoy

Pero superada la pandemia, con su aislamiento, restricciones y todo, todo lo demás, los clubes no tuvieron demasiado tiempo de alegría: la crisis económica argentina se haría paso aceleradamente desparramando complicaciones a diestra y siniestra. 

'Los clubes son entidades sin fines de lucro, que hoy necesitan contar con profesores cada vez más capacitados, con entrenadores que tengan el curso de director técnico hecho', plantea el presidente de River Plate y agrega: 'Se empieza a trabajar con otras disciplinas, como la psicología, medicina y nutrición. A esto se le suma lo que es la infraestructura, que se hace cada vez más costosa. En nuestro caso, cuando se concretó la obra de la sede social, los recursos con los que contaba el club rendían de una manera que no es la misma de la actualidad, como lo vive cualquier persona en su casa, en su trabajo o sus actividades particulares. Los clubes no están exentos y desde ese lugar, los dirigentes se ven obligados a moverse permanentemente para tratar de gestionar diversos recursos, subsidios o alguna donación y demás como para poder llevar adelante ese tipo de obras.  La actividad en sí se puede sustentar, pero todo lo extra que se quiera hacer para mejorar la institución desde la infraestructura, obliga a tener que salir a obtener recursos de otro lado'. 

'La misma actividad lo demanda y empieza a ser necesaria. Es el desafío que tenemos los dirigentes hoy en día. De la misma manera que se hizo en su momento y de dónde se obtuvieron los recursos, hoy nos sería imposible construir la sede propia como lo hicimos. Cuando surgió el programa Nuestros Clubes, con cada subsidio que recibíamos podíamos comprar doce o quince pelotas, y el que recibimos hoy nos permite adquirir dos. Se ha perdido mucho el poder adquisitivo del subsidio de este programa, y así sucesivamente con el resto de los recursos. Con lo mismo se puede hacer cada vez menos.   

En cuanto a Porteño, 'este año, en lo económico, es mucho más duro de lo que fue la pandemia. En 2022 tuvimos logros en el básquet femenino, en el hockey, el básquet masculino y femenino participó por primera vez en torneos provinciales y nacionales. Económicamente, podíamos costear esos gastos y llevarlos bien, los profesores estaban trabajando muy cómodos y conformes, desde la organización, lo económico, el día a día. Arrancamos 2023 de la misma manera, con algunos cambios en lo deportivo, y cuando quisimos acordar, de mitad de año para acá, se nos empezó a hacer cada vez más cuesta arriba. Y entramos en una disyuntiva; como club debemos sostener al socio, a los chicos, las chicas, los profesores, y la economía cada vez nos va dejando menos margen. En la comisión directiva siempre hablamos de que tenemos que empezar a manejar la tesorería del club y el bolsillo de los padres, viendo cómo vamos regulando el aumento de las cuotas, cómo sostener el sueldo de los profesores'. 

'Este semestre –señala De Laudo– empezamos a utilizar un manual de economía más fino para tratar de sostener a los socios en el club, con una cuota que sea accesible para los padres. Queremos que ningún de quede sin viajar porque no tenga plata para hacerlo, así que tratamos de acomodar bien los números para solventarles una parte de los viajes. Este año el porcentaje que paga el club debe ser mayor y eso hace que lleguemos bien al cierre de año, pero no como hubiésemos querido de acuerdo a la proyección que teníamos a principios de 2023. Nuestro objetivo es que los chicos sigan en el club, que viajen. Porteño es un club muy grande, tanto en la sede como en el anexo y siempre hay cosas que reparar'. 

'Terminamos el año bien, sosteniendo un número importante de socios, logramos que todos los chicos y las chicas puedan viajar. Estamos luchando contra lo económico, como les pasa a todos los clubes, y a uno mismo en la diaria, pero poniendo esfuerzo y ganas desde la comisión directiva, los profesores, los padres que se fueron sumando en buen número, colaborando en la cantina, y en lo que haya que hacer en el club, lo que es muy positivo. Destacamos principalmente lo deportivo; en lo económico, nos sentaremos a fin de año para ver cómo estamos y cómo proyectamos 2024. Sé que es difícil, que el sistema hace muchísimos años que no lo permite, pero hay que ir contra eso porque si no, no vamos a tener salida como país'.

Por Eduardo Carboni