Recuerdos del Padre Eduardo Ceres
- Miercoles, 10 de Abril de 2019 | Locales
"Un gordo bueno"
El sacerdote Jorge Lucas Jerez, que el 10 de marzo pasado reemplazó a Eduardo Ceres como párroco de San Isidro Labrador, consideró al cura fallecido como "un padre" que "quería a todos".
"Conmigo fue un padre que me supo acompañar, sobre todo, en los primeros años de ministerio, que son tan frágiles. Supo estar presente y no cortarme las alas. Siempre lo describo como un gordo bueno. No creo que haya alguien que pueda decir que Eduardo fue una mala persona. Tuvo sus errores, como cualquiera de nosotros, pero siempre ha sido una buena persona y sacerdote que amó a sus fieles", expresó Jerez ayer al mediodía. Además, señaló que si bien el padre Eduardo actualmente estaba retirado como sacerdote, seguía colaborando con la parroquia.
"Ayudaba con algunas misas y con las confesiones. Mucha gente venía a hablar con él porque le gustaba cómo confesaba", afirmó.
"La muerte de Eduardo es una pérdida que a todos nos genera dolor, pero no tristeza, porque estando tan cerca de la Pascua nos damos cuenta que nuestra vida es así, que no estamos llamados a la muerte, aunque tengamos que atravesar ese paso que es doloroso, pero tenemos esperanza en la vida eterna. Dentro de poco lo vamos a contemplar a Jesús resucitado y él es un signo de esperanza para nosotros. No tenemos dudas de que el padre Eduardo ya está con él, celebrando su Pascua en el cielo", afirmó el cura párroco, que luego dejó un mensaje para la feligresía: "Sepan que Eduardo los quería a todos. Su lema de ordenación fue una frase de San Pablo, que dice "Dios es testigo de que los amo a todos en Cristo Jesús"".
"No era aburrido"
El padre Tomás Ostolaza Peña, que estuvo durante décadas al frente de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, conoció a Eduardo Ceres desde su ingreso al seminario.
"Fuimos muy amigos y compartimos en Chacabuco mucho tiempo como sacerdotes. Aparte, el padre Eduardo era muy interesante en todas sus predicaciones, muy profundo en sus reflexiones, y le gustaban mucho las Sagradas Escrituras", contó ayer Ostolaza, que actualmente desempeña su misión pastoral en Chivilcoy.
"Humanamente, fue muy buen compañero y amigo. Varias veces me invitó a pasar las juntos las vacaciones, en las que compartíamos momentos muy lindos. Cuando salía con la mamá también me invitaba. Así que guardo un recuerdo hermoso. En las reuniones nosotros siempre buscábamos estar con Eduardo, porque era un tipo que no era aburrido", dijo el sacerdote, que pidió rezar por el padre Ceres "que está descansando junto a su mamá y su papá".
Finalmente, el padre Tomás pidió a la feligresía de Chacabuco "que permanezcan en la fe y en la unidad" y señaló que así como Eduardo Ceres fue un sacerdote que salió de esta ciudad, "ojalá que muchos también sientan ese llamado para servir a la comunidad desde la fe, que es la que nos da esperanza de vida para siempre".
"Él ya llegó"
Monseñor Jorge Eduardo Sheinig, obispo auxiliar de Mercedes-Luján, también se refirió a la partida del padre Ceres.
"La muerte siempre es difícil para cualquier persona. Para los que tenemos fe, la muerte también es difícil, pero tiene una salida, que es la vida con mayúscula, la vida eterna. Y un sacerdote que dio su vida por esto para nosotros es una pérdida, pero también una ganancia, porque sabemos que Eduardo consigue la vida al lado de Dios y para siempre. Así que es un dolor y, al mismo tiempo, como Jesús nos enseña en la Pascua, nos da una esperanza alegre de saber que él ya llegó", expresó el obispo auxiliar.
"Era muy humano"
El padre Jorge Nowak, de la parroquia de los Santos Arcángeles, destacó los valores humanos del sacerdote fallecido.
"Como dijo el obispo en la misa, era un gran amigo. Era un amigo al que nunca vi enojado, que siempre tenía la palabra justa, y como párroco vecino nos llevamos siempre bien. Cuando no nos veíamos por un tiempo, llamaba por teléfono a invitarme a tomar un cafecito. Era muy humano. La ciudad lo va a recordar porque estaba en todos lados, y hacía sociales en las confiterías y siempre estaba con noso-tros. Se fue porque la vida es así, Dios sabe por qué se lo llevó, pero el recuerdo y el amor que dejó y que nosotros tenemos va a seguir", expresó Nowak.