Víctor Aiola, el soldado obediente de Macri

  • Martes, 19 de Marzo de 2019 | Locales

El intendente municipal Víctor Aiola participó en el agasajo que Mauricio Macri les hizo el pasado viernes al mediodía en Olivos. Entre cortes de lomo, achuras y vino, el Presidente recibió a los jefes comunales bonaerenses pertenecientes a Cambiemos y los arengó para afrontar la difícil campaña electoral en medio de la crisis económica.

Llamó la atención que en el medio del ágape, y mientras el primer mandatario nacional intentaba crear un clima de camaradería, dos intendentes radicales, el de Tornquist, Sergio Bordoni, y Franco Flexas, de General Viamonte, tomaron la palabra y se quejaron por la inflación del 3,8 por ciento de febrero, que superó el 51 por ciento interanual según el mismísimo Indec. También protestaron por la suba de tarifas en el año en el que buscan sus respectivas reelecciones. "La gente no da más", afirmó el intendente de Tornquist.

Pero aún es más llamativo que el intendente de Chacabuco, siendo también radical y teniendo la oportunidad de plantear frente al Presidente la difícil situación que atraviesa Chacabuco por un rumbo de la economía, se quedara callado y no se sumara a los reclamos que con mucho coraje realizaron sus pares de Tornquist y Viamonte. ¿Aiola todavía no se ha dado cuenta de la crisis que golpea a nuestra ciudad y hace que cada vez haya más locales vacíos en las calles más comerciales de Chacabuco? Al parecer, no se percata de que las sillas de los comedores escolares son cada vez más numerosas debido a gran cantidad de niños cuyas familias no pueden alimentarlos.

Tampoco reclamó por los despedidos, en su mayoría hoy desocupados, que se suman a un escenario de recesión desolador, personas que ya no pueden consumir como lo hacían estando empleados, formando un círculo vicioso que enfría la economía local.

Aiola pudo haber actuado con valentía y explicarle a Macri que acá tampoco se puede más con las tarifas de gas y electricidad, que al igual que en todo el país han aumentado en más del 1.500 por ciento desde que asumió acompañado por todos los intendentes de Cambiemos que lo ayudaron a ganar. Pero no; nuestro intendente decidió permanecer sentado en su silla, callado, alineado como soldado, bien portado y obediente.

Ni un reclamo hizo, se comió su lomo y sus achuras sin chistar, se llenó el estómago mientras muchos de sus conciudadanos pasan hambre y aplaudió de lo lindo mientras Macri se emocionaba con las palabras del intendente de Nueve de Julio, Mariano Barroso, del Pro, que le decía "no afloje, Presidente, estamos con usted dando la lucha que la Argentina necesita para seguir forjando el cambio".

¿Cuán alto será el costo que Víctor tendrá que pagar sosteniendo que "Aiola es Macri"? Por lo pronto, apoyar la pésima gestión del Presidente es más parecido a atarse un adoquín al tobillo que impulsarse hacia un escenario electoral favorable. El tiempo lo dirá.

Bloque PJ-FPV